Aunque cuando era niño eso de que los adultos jugasen era algo que estaba mal visto por mi zona, lo cierto es que ahora es algo perfectamente normal. Con la excepción del fútbol y sus variantes, por supuesto.
Y la verdad, nunca entendí por qué lo veían mal. Jugar es algo bueno. No te hace infantil, pero te permite dejar de ser "adulto" por un rato. Te permite desestresarte. Te permite relajarte. Te permite desconectar.
Y cuando la gente entendió esto empezó a aprovechar mejor su tiempo libre y a mejorar su calidad de vida.
Porque jugar nos hace más felices. Y eso nos hace vivir más y mejor.
Ellas: Noelia y Romina
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