En mi viaje del año pasado al Algarve hubo una cosa, sobre todas las demás, que me quedó pendiente: ver la capital histórica de esta región del sur de Portugal.
Silves parece tener un origen romano, pero conoció gran esplendor durante la dominación musulmana y los tres primeros siglos del cristianismo, etapa esta última que fue la que conoció a la Silves capital del Algarve.
Pero, al parecer, a partir de este momento y por cambios en el río se convirtió en una ciudad insalubre y conoció una gran decadencia que la llevó casi al abandono, hasta que la industria del corcho la rescató.
Y desde entonces, ha crecido más gracias a la industria que al omnipresente turismo, aunque sin dejarlo de lado. De hecho, una de las playas más importantes del Algarve, la de Armação de Pera, se encuentra dentro de su minúscula franja costera.
El castillo que vemos en la foto fue construido por los musulmanes que dominaban el reino de Al-Gharb y utilizado después por los cristianos que lo conquistaron. La parte en primer plano son los restos del palacio donde habitaba el señor del Castillo.
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