Esta mole granítica es uno de los monumentos naturales más fácilmente reconocibles del sur de la provincia.
El Faro de Budiño, o Monte Faro, es lugar de peregrinación para los aficionados de la escalada, y referencia indiscutible del Valle del Louro, que domina desde las alturas. Si pasáis por las cercanías os recomiendo la visita, por las vistas y lo bonito del lugar.
Se supone que el lugar fue uno de los lugares sagrados para los pueblos prerromanos (cosa nada de extrañar) y se supone que hacían sonar una piedra cuyo retumbar se podía oir en todo el valle para comunicarse con sus vecinos (cosa que jamás he escuchado en mi vida, pero si lo dicen los carteles...).
Hoy en día su existencia permanece a salvo, pero no hace tantos años algunos de los canteiros de la zona tenían puestos sus ojos en esta roca, para despiezarla y venderla como material de construcción. Y la verdad, no imagino Budiño sin su Faro.
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