Es el caso de esta foto. En principio concebida como la típica foto veraniega sin más rompedura de tarro, resultó ser una foto que puede pasar por un retrato a una india americana, en su río, con sus hojas de pino y toda la roca. Los rasgos de Márcia (que por cierto, ignora si tiene sangre indígena a pesar de ser brasileña) y su esbelto cuerpo hacen la foto en este caso.
Originalmente la había arreglado como sus compañeras de sesión y la verdad... vale, sí, bonitas, pero planas como un sello y no transmitían nada. Una de tantas. Pero vi algo en esta foto y decidí jugar un poco con el procesado y mira tú por donde ha salido una foto que me dice mucho más.
A veces los mayores aciertos proceden de pequeños errores, o por omisiones, o por sabe Dios qué razón. Pero me encanta que pase y quiero que siga pasando, porque este tipo de sorpresas son las que hacen tan interesante esta afición.
Modelo: Márcia
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