Una de las viejas máximas acerca de la gente es que nunca conocemos bien del todo lo que nos rodea y a veces buscamos muy lejos la belleza cuando en realidad la tocamos todos los días sin darnos cuenta.
Eso podría pasar con la desembocadura del Tea en A Fillaboa (Salvaterra de Miño), casi desconocida en el sur de la provincia y que para mi es uno de los entornos más singulares de cuantos conozco.
Modelo: Mila
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