En verdad os digo que con esto de la censura vamos de culo.
Y sin embargo hay que distinguir entre lo que es "censura" y lo que es puro sentido común.
Estos días ha salido la noticia de un espacio gestionado por el ayuntamiento de Salamanca que ha retirado su permiso para una exposición donde, entre otras cosas, salían un par de imágenes de Rajoy y la infanta Cristina con una mierda (si, un zurullo) sobre sus cabezas.
Mi opinión es que el arte y la provocación van ligados, pero que tenemos que saber distinguir entre la provocación, y el simple insulto. No sé cómo reaccionaríais vosotros, pero si utilizan mi imagen para algo así muy posiblemente denunciaría al autor (y a la galería que lo exhiba).
Cuando existen tantas razones objetivas, tantas verdades incómodas, tantas injusticias por denunciar, que alguien recurra a este tipo de cosas me hace pensar que lo que buscaba era simplemente obtener sus cinco minutos de fama cuando se armase el pequeño revuelo mediático que se ha armado. Y aprovechará para hacerse la víctima y denunciar que ha sido una decisión ideológica.
Ya veremos si le sale bien la jugada, pero creo que le hubiera salido mucho más rentable reflejar algunos de los muchos atropellos que sufrimos los atribulados habitantes de este país porque entonces, no me cabe duda, también habrían cancelado la exposición. Y entonces nadie podría confundir su "provocación" con "dar la nota".
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