Siempre he tenido debilidad por mezclar fotografías de desnudo con parajes naturales. Ya había hecho unas cuantas a Y, mi modelo de cabecera (y gran amiga), pero me apetecía hacer una como ésta: un desnudo en lo alto de un acantilado, con vistas a la costa y una amplitud de paisaje que no había utilizado nunca en este tipo de fotos. De hecho, es una de esas típicas fotos que se pasean por mi mente y no dejan de estar ahí hasta el momento en que consigo hacerla.
Y una vez hecha, no puedo menos que estar contento: Sabela, la chica que tuvo el detallazo de posar para mi y de compartir la tarde de ayer, parece aquí una Eva en un mundo libre de influencia humana: sólo los árboles y la vegetación en tierra y el mar allá al fondo.
El escenario es un pequeño mirador natural entre la playa de Aviño y la de San Miro (la foto de ayer), en Malpica (cerquita de Cambre y Buño), y la foto fue tomada con una Sony Alpha 200.
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