Esta es la típica foto que haces un día y no hay manera de repetir por mucho que lo intentes e incluso contando con mejor equipo. Porque mira que he intentado repetirla veces con mi réflex, pero esta cosita hecha con una Nikon Coolpix L6, una simple compacta de 6Mpx, ha resultado ser la mejor macro que le hice a un diente de león.
El diente de león es una de las plantas más socorridas en fotografía debido a la forma en que genera sus semillas, que se quedan ahí esperando a que una ráfaga de viento, o un animal que se roce, o simplemente una personita que juegue a soplar las disemine y así se extienda su descendencia. ¿Cuántas fotos habremos visto de chicas o niños soplando a un diente de león?
Una de las cosas buenas del diente de león es que sus hojas, cuando la planta aún es joven y está tierna, se puede usar en ensalada (sí, sí, en serio), lo que parece que es bastante bueno a la hora de reducir el colesterol. Su sabor y su textura son bastante aceptables, pero en cuanto la planta empieza a acumular edad empeoran notablemente ambas cosas y la gente ya sólo las utiliza para forraje.
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