Es curioso lo de esta foto. La saqué, la procesé... y se quedó olvidada en el disco duro y eso que es una de las fotos que más me gustan de cuantas hice a Y.
Y pasó que un buen día, en uno de mis intentos de poner orden a los incontables gigas de fotos que voy acumulando me encontré con ella y me pregunté cómo demonios podría haberla dejado atrás.
Recuerdo que la foto se hizo en un día bastante curioso. Salí de Santiago y hacía un sol de la hostia. Lo mismo que en Ponte Maceira, lugar maravilloso que me descubrió Y ese mismo día y luego paramos en Camariñas para que yo pudiese hacer unas fotos y ella atender una llamada y pensaba que me iba a deshidratar. Además, había una concentración de un club de jinetes y hubo que ir detrás de los caballos pasando una calorera de impresión.
Y al llegar a Trece, nubes, niebla y un día un poquito más fresco. Pensé que eso me iba a estropear las fotos y al final resultó ser una de las mejores sesiones de fotos que hice. Dado que fue la segunda, siempre me ha quedado la impresión de ir perdiendo facultades.
La foto fue tomada con una Nikon Coolpix L6
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