Cae una lluvia de primavera en un atardecer parisino, mientras cruzo los Campos Eliseos, una de las calles más famosas del planeta.
De repente, al levantar la vista, veo como los últimos remanentes de la puesta de sol destacan la silueta del Arc Du Triomphe y las luces de los coches terminan de completar la composición.
Momento de sacar la cámara y hacer la foto, aunque se moje un poco: no tendré muchas oportunidades de hacer otra como esta (París no está precisamente al lado de casa)
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