Una visita curiosa que se puede realizar en la región de Santarém son las salinas de Río Maior, que están a unos cuarenta kilómetros del mar, en medio de un valle.
La historia es que hay una enorme mina de sal gema en el subsuelo atravesada por una corriente de agua y que desde tiempos de los romanos es conocida y ha sido explotada (o eso se supone: las primeras crónicas escritas que mencionan al lugar son del siglo XII, aunque hay restos romanos en la zona).
El pozo original estaba más arriba, pero una vez que este se secó empezó a ser explotado este otro, al parecer descubierto por una chiquilla que al ver que su borrico se negaba a beber de una charca decidió averiguar la razón.
Y no es casualidad que el burro no quisiese beber: las aguas que surgen del pozo que vemos en el centro de la imagen son siete veces más saladas que el mar
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