En "Héctor Servadac" Ben-Zuf, asistente del héroe creado por Julio Verne, hacía un contínuo canto de amor a Montmartre, su montaña mágica.
Y eso que aún no había sido construida la Basílica del Sacré-Coeur, un homenaje del gobierno francés a los caídos por Francia durante la Guerra Franco-Prusiana y para expiación de los pecados cometidos por la Comuna (sí, la laica Francia hizo eso a finales del XIX)
Construida gracias a una suscripción popular, tardó hasta 1914 en ser terminada y su arquitectura sirvió de inspiración a otros templos, como el de Santa Luzía en Viana do Castelo (Portugal)
Hoy en día el Sacré Coeur es uno de los momumentos más reconocibles de la capital francesa y una de sus mayores atracciones turísticas y se ve siempre llena de gente (bueno, este día más que era domingo por la mañana, hacía bueno y estaban con la fiesta del vino)
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