La inspiración es algo curioso. Tan pronto viene, como va. Tan pronto te llena la cabeza de imágenes como no se te ocurre ninguna.
Lo bueno, cuando tienes el día, es que de cualquier cosa haces una foto con tan buen aspecto que no te parece tuya.
En este caso, un tramo del río Tea que tengo más que aburrido, una modelo de Moldavia y una sábana y sacamos una foto con un aire romántico y de fantasía que si me pongo no saco ni de casualidad.
Son las cosas de la inspiración.
Modelo:
Natasha
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