Esta es la segunda de la serie de tres fotos acerca de los vampiros
Nada más ponerse el sol y cuando aún queda un poco de luz el vampiro sale de su ataúd y se dirige veloz en busca de alimento. El día ha sido largo y hay que coger fuerzas para la noche que está a punto de empezar.
Y se fija en el altar. Allí está la chica, su víctima prometida y voluntaria. Se acerca a ella y se dispone a alimentarse. Sabe que no puede drenarla completamente si quiere convertirla y su víctima también lo sabe.
¿Pero quién no pondría cara de espanto cuando una criatura maldita cae desde el techo hacia tu cuello?
Modelo: Electra Riavic:
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