Una de las cosas que más me gustan de un cuerpo femenino es la suavidad en las formas: muchas líneas curvas, mucha delicadeza y mucha elegancia. El cuerpo femenino parece diseñado por un Dios con sensibilidad artística.
Así que para esta foto procuré alejarme un poco de mi estilo habitual y limitar el uso de amarillos para dejar que el azul del cielo y las tonalidades verdeazuladas del mar ocupasen todo el fondo.
El mar siempre te facilita mucho la tarea: buenos colores, ausencia de distracciones y transmite una tranquilidad y una suavidad que ayudan mucho a que una foto funcione.
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