El último gran descubrimiento que hice en esta ciudad que me acoge fue el Monte de San Pedro. Recuerdo que fue un día frío de febrero de 2007, un día soleado. Subí desde el paseo al monte por un camino de tierra tan empinado que en el tramo medio ya me había arrepentido... pero ya que estaba allí, pues había que continuar.
Las vistas me enamoraron. Toda A Coruña era visible desde aquí, rodeada por el mar: la bahía de Orzán a un lado, con su playa homónima y las de Matadero y Riazor, y por el otro lado la Ría del Burgo, y más allá Ferrol, Mera, Santa Cruz, Bastiagueiro...
Al otro lado lado el océano, desnudo, sin tapujos... simplemente el Océano Atlántico, lo que un día fue el fin del mundo.
Y por supuesto, entre medias, la Torre de Hércules... siempre la Torre, que ha acompañado a esta ciudad desde su misma fundación, cuando los fenicios decidieron señalizar una costa traicionera y peligrosa como esta.
La foto fue tomada con una Sony Alpha 200.
Compra esta foto
Ruta relacionada
Las vistas me enamoraron. Toda A Coruña era visible desde aquí, rodeada por el mar: la bahía de Orzán a un lado, con su playa homónima y las de Matadero y Riazor, y por el otro lado la Ría del Burgo, y más allá Ferrol, Mera, Santa Cruz, Bastiagueiro...
Al otro lado lado el océano, desnudo, sin tapujos... simplemente el Océano Atlántico, lo que un día fue el fin del mundo.
Y por supuesto, entre medias, la Torre de Hércules... siempre la Torre, que ha acompañado a esta ciudad desde su misma fundación, cuando los fenicios decidieron señalizar una costa traicionera y peligrosa como esta.
La foto fue tomada con una Sony Alpha 200.
Compra esta foto
Ruta relacionada
0 comentarios:
Publicar un comentario