"Sólo importas tú". A pesar de que las Rapas das Bestas se han convertido en espectáculos para las masas a los que están en el curro no les importa más que el caballo elegido... ni la gente que les ve, ni los fotógrafos, ni el ruido, ni el resto de los caballos.
Y la verdad, hay que ver qué cantidad de gente había. Para encontrar esta ubicación me tiré un buen rato pisando, empujando y peleándome hasta que pude hacer un puñado de fotos, de las cuales alguna hasta mereció la pena.
Pero lo prefiero a hacer como muchos fotógrafos profesionales que, metidos dentro del curro, no sólo se ponían en riesgo, si no que además molestaban a los mozos, a los animales, al público y hasta a aquellos fotógrafos (profesionales o amateurs, como es mi caso) que intentaban disfrutar de la batalla entre hombre y bestia y hacer unas cuantas fotos. Una cámara no te da bula, ni tampoco te hace más alto, más guapo o más cool.
La Rapa das Bestas es una de las actividades más ancestrales de Galicia. En ella, los mozos suben a los montes y empujan a los caballos hasta atraparlos y encerrarlos en los curros, donde les cortarán las crines y, en algunos casos, se les marcarán con el hierro de su propietario para que cada uno sepa qué animales le pertenecen.
Esta foto fue tomada con una Nikon Coolpix L6 en Chan da Areosa, en Calo, Vimianzo
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Y la verdad, hay que ver qué cantidad de gente había. Para encontrar esta ubicación me tiré un buen rato pisando, empujando y peleándome hasta que pude hacer un puñado de fotos, de las cuales alguna hasta mereció la pena.
Pero lo prefiero a hacer como muchos fotógrafos profesionales que, metidos dentro del curro, no sólo se ponían en riesgo, si no que además molestaban a los mozos, a los animales, al público y hasta a aquellos fotógrafos (profesionales o amateurs, como es mi caso) que intentaban disfrutar de la batalla entre hombre y bestia y hacer unas cuantas fotos. Una cámara no te da bula, ni tampoco te hace más alto, más guapo o más cool.
La Rapa das Bestas es una de las actividades más ancestrales de Galicia. En ella, los mozos suben a los montes y empujan a los caballos hasta atraparlos y encerrarlos en los curros, donde les cortarán las crines y, en algunos casos, se les marcarán con el hierro de su propietario para que cada uno sepa qué animales le pertenecen.
Esta foto fue tomada con una Nikon Coolpix L6 en Chan da Areosa, en Calo, Vimianzo
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