Si España construyó El Escorial para celebrar una victoria contra los franceses, Portugal construyó Batalha para celebrar una victoria contra los castellanos.
La batalla de Aljubarrota, que muchos portugueses aún tienen muy presente (como se vio antes del partido España-Portugal de la Eurocopa de 2004), fue el momento en que las tropas de Juan I de Portugal se impusieron a las de Juan I de Castilla. La carnicería fue tan salvaje que los ríos bajaban rojos por la sangre derramada, sobre todo de los castellanos que en el fondo de un valle fueron masacrados. Esta victoria garantizó la independencia de Portugal.
Para construir el monasterio Portugal comprometió los recursos del Reino, y tras dos siglos y quince arquitectos por fin pudo dar por concluida la obra. Hoy es uno de los monumentos más apreciados y visitados del país vecino
La foto fue tomada con una Sony Alpha 200.
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