Este año, increíblemente, unas cuantas cerezas se salvaron de la voracidad de los pájaros.
Debemos tener sobre un par de docenas de cerezos (uno viejo y los otros de unos cinco a diez años) por casa que dan fruto y es raro ver que las cerezas lleguen a madurar: los cabrones emplumados se las comen hasta verdes.
Pero bueno, tampoco voy a hacer como aquel vecino que como se quedaba sin cerezas optó por tapar el árbol con una red, y cuando el Seprona le dijo que debía tenerlo descubierto optó por talarlo... sobre todo porque le metieron una multa por talarlo sin permiso.
Dos cosas que he descubierto fisgando por la wikipedia en busca de información: la semilla es tóxica (contiene cianuro) y los cerezos están emparentados con los rosales. Además, alguien en flickr me informó de que también los manzanos tienen parentesco con las rosas... hay familias bien raras en esto de la naturaleza.
La foto fue tomada con una Sony Alpha 200
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