Siento debilidad por Camariñas... supongo que no es ninguna sorpresa para los que me conocen
Esta es una de las estatuas que Man, el alemán de Camelle, dejó como legado en el dique de abrigo del puerto de esta pequeña localidad camariñana. Llegó un buen día y se quedó, vestido con su taparrabos (tanto en verano como en invierno) y sus ideas raras que tan famoso le hicieron a él y al pueblo que le acogió.
Dice la leyenda, ya que nadie lo sabe con seguridad, que lo que hizo perder a Manfred el juicio fue el rechazo de una señorita hacia sus pretensiones amorosas y que vagó por el mundo hasta que dio con este sitio.
Su museo es su obra, construida a lo largo de los años y que permanecerá para siempre, salvo que el Mar que tanto amaba decida reclamarla para sí. Tanto fue su amor por el mar, que cuando lo vio manchado por el fuel del Prestige no pudo soportarlo y murió de pena.
Hoy en día el "Museo do Alemán" o "Museo de Man" está abandonado, sin que el concello o la autoridad portuaria hagan nada por él, salvo prohibir la entrada con unas minúsculas vallas que cualquiera puede saltarse si se lo propone. Y es una pena, porque la obra de Man tiene una estética tan peculiar que no debería perderse.
Me pregunto si aún estaremos a tiempo de salvar los cuadernos que hacía firmar a sus visitantes... estoy muy seguro de que serán interesantísimos de leer.
La foto fue tomada con una Sony Alpha 200.
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