Situado en un lugar estratégico entre París, Bretaña y Maine, Saint Hilaire conoció una historia movidita durante la edad media, incluyendo invasiones vikingas. Su situación geográfica, incluso hoy, es la de un cruce de caminos entre Bretaña, País del Loira y Normandía.
Aquí se edificó un castillo en tiempos de Guillermo el Conquistador en el siglo XI que sería reemplazado por un castillo de la pequeña nobleza del siglo XVIII, perdida su importancia estratégica varios siglos antes.
A partir de entonces, la historia de Saint Hilaire fue bastante anodina (lo cual suele ser buena noticia para los habitantes), hasta que durante la Segunda Guerra Mundial se encontró en medio de la ofensiva aliada que provenía del Desembarco de Normandía y de las tropas alemanas que procedían de París. La villa fue casi totalmente destruída, pero tras la guerra fue rápidamente reconstruida.
Salvo esta iglesia, el resto del patrimonio histórico del lugar parece haberse perdido
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