Aunque los seres humanos somos animales eminentemente diurnos, lo cierto es que la penumbra tiene un encanto al que difícilmente podemos resistirnos.
Tal vez sea por eso que cuando nos encontramos a gusto tendemos a reducir la luz del ambiente para buscar un clima más recogido donde poder relajarnos.
Esta foto fue tomada en el piso superior del Muiño de Maquías de Zamáns, Vigo. La luz que se cuela por la ventana es la del atardecer, de ahí ese color tan cálido que inunda la estancia y que va tan bien con la piel de Tati
Modelo: Tati
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