Desde que empecé a hacer fotos un poco en serio, hace ya cuatro años y pico, muchas modelos han pasado por mi cámara, algunas en varias ocasiones.
Pero creo que con ninguna tengo una relación tan duradera como con Araceli. Viendo sus fotos me doy cuenta de mi evolución como fotógrafo, desde una primera sesión en que no le saqué demasiado partido (estuve muy contento en su momento, pero cada vez menos) hasta esta última de la que os pongo un adelanto.
Salvo las dos primeras, que fueron con unos meses de diferencia, el resto de las sesiones se espaciaron aproximadamente un año y por eso decimos medio en serio, medio en broma, que nuestras sesiones son una tradición como las fiestas patronales.
Ya estoy deseando la del año que viene.
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