El largo peregrinar desde el Mar de los Sargazos llega a su fin para un gran número de lampreas en las aguas del Miño y de algunos de sus tributarios, como el Tea.
Durante la noche los vecinos de los lugares se apostan en sus estacadas y encienden focos que atraen a estos
agnatos para pescarlas vivas, ya que así no se desperdicia su sangre, que será utilizada para cocinarlas en algunas recetas.
Debido a la construcción de presas, muchas lampreas quedaron atrapadas en los cursos altos de los ríos y se están adaptando a una vida únicamente fluvial rompiendo de esta manera el ciclo agua dulce, agua salada propio de esta especie.
La foto fue tomada a ISO 200 y con una exposición de unos 10 segundos con una Sony Alpha 200. El lugar es el puente medieval del río Tea en Salvaterra de Miño.
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