La playa de Cordoama es bastante inaccesible, en el sentido de que está al final de una pista de tierra infame en la cual los coches sufren un montón, pero nos sirve para ver cómo es la costa noroeste del Algarve.
Debido a su inaccesibilidad, no hay apartamentos en primera línea, ni hoteles, ni bares, ni nada de nada... sólo una cadena de colinas recubiertas de jaras a varios kilómetros del vestigio más cercano de civilización.
Debido a ello también, esta playa tiene fama de ser una playa nudista, aunque ni vi a nadie haciendo nudismo, ni tampoco los policías que vigilaban la costa tenían ni idea de ello, aunque me aseguraron que por ellos no había problema si me iba a un lugar discreto para que nadie se pudiera sentir ofendido. Hay que recordar que en Portugal el nudismo es ilegal, excepto en playas especialmente designadas para ello.
Toda la zona transmite un aspecto de desolación tremendo... yo no me vería con fuerzas para vivir en un sitio así, pero por otra parte, como escenario natural me parece un lugar soberbio, de gran belleza y plasticidad y lleno de olores, del mar y de las jaras, que hacen que la experiencia sea realmente interesante.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, lo cierto es que la playa contaba con chiringuito y un buen número de bañistas, de los cuales un porcentaje apreciable eran surfistas... y es que como he dicho en otras ocasiones, el surf en Portugal tiene muchos adeptos, y no es nada extraño ver sus caravanas y sus tiendas de campaña cerca de las playas.
La imagen fue tomada en un mirador sobre la colina que medio separa a las playas de Cordoama y Castelejo y montada con Panorama Maker a partir de varias fotos tomadas con una Sony Alpha 200.
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Toda la zona transmite un aspecto de desolación tremendo... yo no me vería con fuerzas para vivir en un sitio así, pero por otra parte, como escenario natural me parece un lugar soberbio, de gran belleza y plasticidad y lleno de olores, del mar y de las jaras, que hacen que la experiencia sea realmente interesante.
A pesar de todo lo dicho anteriormente, lo cierto es que la playa contaba con chiringuito y un buen número de bañistas, de los cuales un porcentaje apreciable eran surfistas... y es que como he dicho en otras ocasiones, el surf en Portugal tiene muchos adeptos, y no es nada extraño ver sus caravanas y sus tiendas de campaña cerca de las playas.
La imagen fue tomada en un mirador sobre la colina que medio separa a las playas de Cordoama y Castelejo y montada con Panorama Maker a partir de varias fotos tomadas con una Sony Alpha 200.
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1 comentarios:
En esta playa he estado yo. Lo que dices del camino para llegar es cierto, tenía la sensación de que mi pobrecito coche de 75cv no iba a poder llegar con cinco personas dentro.
Luego la playa en sí es preciosa, aunque con el problema habitual de las playas portuguesas. ¡El agua está helada!
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