Esta es una vista de la península de Troia desde las afueras de Setúbal, según se llega desde la maravillosa Serra da Arrábida.
Lo que vemos son bloques de edificios turísticos que pueden servir tanto de ciudad dormitorio para Setúbal (hay un ferry), como de base para turistas de sol y playa que intentan disfrutar de los virginales arenales de Troia.
Virginales arenales que han sido salvajemente mutilados para la construcción de urbanizaciones, edificios como estos e incluso un campo de golf.
Y menos mal que es un Parque Natural, que si no...
En Troia se conoce presencia humana desde la prehistoria, habiendo constancia por restos arqueológicos, de que hubo aquí una importante industria piscícola en tiempos romanos, y que conoció decadencia con la caída del Imperio, ya que sus mercados estaban fuera de la península.
Como curiosidad, en Troia se encontraron evidencias del culto a Mitra, lo cual es una auténtica rareza en la península ibérica, habida cuenta del origen persa del mazdeísmo.
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