Aunque su nombre se debe a que en un principio se le suponía hogar de las harimaguadas (sacerdotisas célibes), lo cierto es que es muy posiblemente un granero comunal, si atendemos a los restos encontrados y a la comparación con construcciones similares existentes en el norte de África, de donde procedían los guanches, emparentados con los bereberes.
Fue excavado en un arco natural de la roca que forma parte de la llamada Montaña del Gallego y cada una de esas minicuevas tenía una puerta que se sospecha pudo ser de piedra, madera o tal vez alguna piel.
Hoy en día es un parque arqueológico de gran interés para aquellos a los que nos gusta la historia y para mi una de las visitas obligadas de la isla de Gran Canaria. Yo llegué a él por casualidad, porque cuando aterricé no tenía ni la más remota idea de su existencia.
Lamentablemente ninguna de las fotos que hice del sitio me llaman mucho la atención y esta es la más potable. Mil disculpas.
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