Lo que un día fue la lagoa de Antela, desecada en los años cincuenta del siglo pasado para aprovechar sus tierras para labranza (me voy a reservar mi opinión sobre el particular) estaba rodeada de varias torres como ésta que intentaban vigilar tanto movimientos de tropas de los señores feudales de la zona, como hipotéticos ejércitos invasores provenientes de Montalegre, en Portugal, cuyo castillo no está demasiado lejano.
La laguna fue desecada tras siglos de intentos (hay restos que sugieren que los romanos lo intentaron sin conseguirlo) y su extensión dedicada a cultivos de entre los que destaca la famosa "Pataca da Limia" (patata de A Limia).
Esta torre, cuyo entorno fue
puesto en valor por la escuela-taller del concello necesita una intervención urgente para apuntalar algunas piedras que amenazan derrumbe y que no sé hasta qué punto afectarían a la integridad de la estructura.
La torre es lo que queda del Castelo do Castro (llamado así porque fue construido sobre un castro), construido durante el siglo XII con la misión de proteger al Condado da Limia de cualquier mala idea que tuviese el primer rey luso, Afonso I Henriques (y sucesores), y acabó participando en otras guerras. Fue destruido primero por el Duque de Láncaster y más adelante por los Irmandiños. Hoy resta, literalmente, media torre.
La foto fue tomada con una Sony Alpha 200
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